A menudo parece paradójico: el desempleo está en aumento, el crecimiento del PIB es débil, la inflación permanece alta, sin embargo, el mercado de valores rompe récords. Este no es un fenómeno nuevo. De hecho, sucede regularmente porque los mercados y la economía real miden y reflejan cosas muy diferentes. Desglosemos por qué sucede esto, cuándo podría invertirse la tendencia y cómo detectarlo a tiempo.
Qué miden los mercados y qué mide la economía
En primer lugar, hay una distinción importante:
Los mercados de valores reflejan expectativas sobre las ganancias corporativas futuras, las tasas de interés, la política monetaria y las expectativas de los inversores. «Valoran» el futuro, no el presente (o, en gran medida, no solo el presente).
La macroeconomía (PIB, desempleo, inflación, demanda del consumidor) muestra cómo están las cosas ahora y hace un tiempo. A menudo se retrasa: los datos sobre desempleo o crecimiento del PIB «se retrasan» respecto a lo que ya está sucediendo o lo que los inversores esperan que suceda.
Esto crea una paradoja artificial: la economía actualmente está luchando, pero los mercados ya han descontado expectativas de mejora.
Por qué los mercados pueden crecer incluso cuando la economía «no está en buena forma».
Aquí están las principales razones y mecanismos que a menudo conducen a este fenómeno.
1. Expectativas de mejora y descuento.
Si los inversores creen que las dificultades actuales son temporales y que pronto seguirán mejoras (por ejemplo, que el banco central bajará las tasas, que el paquete de estimulo funcionará, que la inflación comenzará a caer), empezarán a tener esto en cuenta en los precios de las acciones hoy. En otras palabras, el mercado «salta» sobre los trimestres malos, centrándose en el futuro.
2. Política del banco central/Tipos de interés.
Cuando la tasa de refinanciación es alta y está en aumento, «pesa» sobre los flujos de efectivo futuros: el factor de descuento es grande y el crecimiento del precio de las acciones está restringido. Si se espera que las tasas caigan o que su crecimiento se desacelere, esto da un impulso al mercado (incluso si los datos son pobres en este momento). Pero si los mercados confían en que la Reserva Federal/banco central relajará su política, las acciones subirán.
Ejemplo: La reciente decisión de la Reserva Federal de EE. UU. de recortar los tipos después de un período de aumentos ha estimulado el optimismo.
3. Dólar débil / Posición externa favorable
Cuando el dólar se debilita, las empresas con una parte significativa de sus ingresos provenientes del extranjero reciben un bono: sus ventas en el extranjero crecen al convertirse en dólares. Esto puede apoyar las ganancias, especialmente para las empresas de tecnología y orientadas a la exportación.
4. Segmentos fuertes de la economía
No todas las partes de la economía han sido afectadas por igual. Algunas industrias, como la tecnología, la IA, los sectores «nuevos», pueden mostrar un excelente crecimiento, innovación y rentabilidad, incluso en condiciones de PIB general débil y alto.
Si las grandes empresas del sector tecnológico tienen una ponderación significativa en el índice, pueden impulsarlo al alza, incluso si la economía en general no está teniendo un buen desempeño.
5. Expectativas de estímulo monetario y fiscal
Cuando los mercados creen que el gobierno o el banco central intervendrán (por ejemplo, recortarán los tipos de interés, inyectarán liquidez, ofrecerán exenciones fiscales o apoyarán el gasto en infraestructura), esto impulsa los activos de riesgo. Incluso la mera expectativa de dicha intervención puede ser un poderoso factor impulsor.
6. Indicadores macroeconómicos rezagados
Como ya se mencionó, el desempleo, la desaceleración del PIB, etc., suelen ir a la zaga del ciclo económico. Es decir, cuando las empresas y los inversores ya han percibido que las condiciones se están deteriorando, ya incorporan sus suposiciones en los precios. Y cuando aparecen datos «malos», a menudo ya se han tenido en cuenta parcialmente.
7. La diferencia entre los beneficios e ingresos corporativos y el crecimiento de la «economía real».
Las empresas pueden optimizar costos, subir precios, repercutir la inflación, usar tecnología, gestionar las cadenas de suministro de forma más eficiente y aumentar la productividad, lo que les permite mantener o incluso aumentar las ganancias incluso cuando los consumidores tienen dificultades.
8. Riesgo y prima de riesgo
En tiempos de incertidumbre (económica, geopolítica), algunos inversores siguen apostando por el crecimiento, esperando que lo peor ya haya pasado y que el mercado esté infravalorado. Además, parte del «dinero disponible» (liquidez) busca rentabilidad: si los rendimientos de los bonos son bajos y los tipos de interés extremadamente altos, las acciones representan un riesgo más atractivo.
Elementos específicos de la situación actual (2025)
Para conectar con la realidad actual, esto es lo que se puede ver en los informes y análisis:
- El primer recorte de tipos de la Reserva Federal en mucho tiempo: el mercado ya ha descontado esta expectativa.
- La inflación sigue siendo alta, pero hay indicios de que podría estabilizarse o disminuir, lo que reduciría la presión del banco central.
- Enfoque decidido en los sectores tecnológicos, incluida la IA: se percibe que estas empresas son capaces de generar altas tasas de crecimiento incluso en condiciones macroeconómicas adversas.
- Un dólar débil beneficia a las empresas con sus exportaciones e ingresos globales.
- Los mercados reaccionan a las noticias negativas como positivas en términos de política monetaria: los malos datos aumentaron las expectativas de flexibilización. Esto es una especie de «optimismo a través del dolor»: cuanto peores sean los datos, mayor será la presión sobre la Reserva Federal para recortar los tipos y mayor la probabilidad de que las acciones suban.
Limitaciones y riesgos
Sin embargo, es importante comprender que dicha discrepancia no puede continuar indefinidamente sin consecuencias. A continuación, se detallan los factores a tener en cuenta:
- Si las expectativas no se cumplen (la inflación no disminuye, el crecimiento no se reanuda, los tipos se mantienen altos), los mercados podrían absorber el exceso.
- Si las empresas comienzan a publicar informes negativos que confirmen una disminución de la demanda o un aumento de los costes, las valoraciones basadas en expectativas se revisarán a la baja.
- El aumento de los tipos de interés de la deuda y la financiación costosa perjudicarán a las empresas con grandes deudas.
- Eventos externos como la geopolítica, las interrupciones en la cadena de suministro y los shocks (energéticos, ideológicos, climáticos, etc.) podrían frenar el optimismo.
Condiciones en las que el mercado podría romper la tendencia alcista
1. La inflación no está disminuyendo
- Si la inflación se mantiene persistentemente alta o se acelera de nuevo, esto limitará la capacidad de la Reserva Federal para recortar los tipos.
- En un escenario de “inflación prolongada”, las empresas enfrentan costos crecientes, menor demanda y menores oportunidades para subir los precios.
2. La Reserva Federal u otros bancos centrales mantienen una postura firme
- Si el regulador afirma: «No recortaremos los tipos hasta que veamos mejoras reales», el mercado podría recalcular rápidamente su evaluación.
- Importante: Es la retórica de la Reserva Federal la que puede romper la tendencia. Incluso un solo discurso de Powell o las actas del FOMC pueden cambiar el ánimo.
3. Informes corporativos débiles
- Si las empresas comienzan a mostrar una disminución en los ingresos, las ganancias o las proyecciones futuras durante varios trimestres, esto supone un golpe directo a la evaluación «optimista».
- Es especialmente importante observar a los gigantes tecnológicos y a los «impulsores del índice»: Apple, Microsoft, Alphabet, Nvidia y Amazon. Si decepcionan, el índice cae.
4. Aumento del desempleo: un golpe a la demanda del consumidor
- El mercado puede ignorar los datos negativos durante mucho tiempo, pero si el desempleo comienza a «acelerarse» y afecta claramente al comercio minorista, el crédito y el consumo, los inversores comienzan a revisar sus expectativas.
5. Crisis financieras/Riesgos de deuda
- Si aumenta el número de impagos corporativos y los problemas del sistema bancario (como en 2008 o la reciente crisis de los bancos regionales en EE.UU. en 2023), ni siquiera la política monetaria blanda de la Reserva Federal será suficiente.
6. Crisis geopolíticas o energéticas
- Las guerras, los nuevos conflictos comerciales y los aumentos repentinos en los precios del petróleo y el gas pueden reducir drásticamente el optimismo, ya que representan amenazas directas para el crecimiento económico.
Cómo detectar que las expectativas de crecimiento no se han cumplido
A continuación, se presenta un conjunto de indicadores tempranos utilizados por inversores profesionales:
1. Mercado de bonos (Rendimiento y curva de rendimiento)
- Si el rendimiento de los bonos a largo plazo aumenta (el mercado exige una prima por el riesgo de inflación/tasa de interés) y las acciones siguen subiendo, esto es una señal de disonancia.
- Una inversión de la curva de rendimiento (cuando los tipos a corto plazo son más altos que los tipos a largo plazo) suele preceder a las recesiones.
2. Beneficio por acción anticipado (Forward P/E)
- Si los índices suben, pero las expectativas de ganancias corporativas bajan, los múltiplos están inflados. Esto es una burbuja.
- Hay que estar atento a los pronósticos de consenso de los analistas (FactSet, Bloomberg): si el EPS (beneficio por acción) para el próximo año se reduce regularmente, pero el mercado sigue creciendo, pronto habrá una corrección.
3. Disminución de la amplitud del mercado
- Si solo unos pocos gigantes (Nvidia, Apple, etc.) están creciendo, mientras que la mayoría de las acciones del «mercado amplio» están cayendo o estancadas, esto es una mala señal.
- Indicador: compara la dinámica del S&P 500 y el Russell 2000 (pequeñas empresas). Si la brecha se amplía, el crecimiento es «frágil».
4. VIX y volatilidad
- Si el índice de volatilidad (VIX) comienza a subir en medio del crecimiento del mercado, significa que los inversores están empezando a cubrirse y que el mercado no cree en una tendencia alcista sostenible.
5. El dólar y los mercados de materias primas
- Un fuerte fortalecimiento del dólar y el aumento de los precios del petróleo y el gas ejercen presión sobre las empresas y el consumo. En este caso, el crecimiento de las acciones se estancará rápidamente.
6. Comportamiento de los directivos
- Las ventas masivas de directivos a precios récord a menudo indican que quienes están en la cima no creen en un crecimiento continuo.
Nota final
El crecimiento a corto plazo en un contexto económico débil se sustenta en las expectativas de una política monetaria flexible, una mayor demanda y la solidez de los sectores tecnológicos.
Una reversión a la baja se produce cuando las expectativas no se cumplen: la inflación se estanca, la Reserva Federal no recorta los tipos, los informes corporativos se deterioran y los datos macroeconómicos reales se vuelven demasiado negativos como para ignorarlos.
Esto se puede detectar a tiempo mediante señales de alerta:
- deterioro de las expectativas corporativas;
- divergencia entre acciones y bonos;
- disminución de la amplitud del mercado;
- aumento de la volatilidad y las coberturas;
- fluctuaciones del dólar y las materias primas.